“En Cataluña seguimos siendo la única fábrica especializada en tortillas de maíz”

Àngels Secanella y Ramón Andara, fundadores de Nagual-1
Cuando se cumplen 20 años de Nagual, los fundadores de la empresa, Àngels Secanella y Ramón Andara, nos revelan cómo fue el origen de la fábrica de tortillas de maíz y cuáles son los proyectos de futuro.

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Entrevista a Àngels Secanella y Ramón Andara, fundadores de Nagual

Los inicios de Nagual en un pequeño local en Barcelona no fueron nada fáciles. Allí, el matrimonio formado por Àngels Secanella y Ramón Andara fabricaba dos días a la semana con una máquina pequeña: Ramón hacía él mismo las tortillas que Àngels contaba y envasaba para luego repartirlas. Corría el año 2003; su hija Mireia apenas tenía siete meses y el mayor, Daniel, tres años. Dos décadas después, Nagual cuenta con una producción diaria de 70.000 tortillas, una fábrica de 1.000 m2 en Barberà del Vallès y una facturación que en 2022 superó los dos millones de euros. Repasamos con Àngels Secanella y Ramón Andara los orígenes y la evolución de Tortillas Nagual.

 

– Volviendo la vista atrás, ahora que Nagual celebra su 20º aniversario, ¿pensabais llegar a dónde habéis llegado?

Ramón (R): ¡En absoluto! Entonces éramos jóvenes y teníamos una idea. Si hubiera que arriesgar ahora, probablemente no lo haríamos.

Àngels (A): Si nos dicen entonces cómo íbamos a estar en 20 años, no nos lo creemos. ¡Nos desmayamos literalmente! Imposible para nosotros imaginar la dimensión que tenemos ahora, con 25 personas, entre cuatro y seis camiones que cada día llegan aquí a traer y a llevarse género, etc. Cuando empezamos, ocupábamos un local de 100 m2 donde la primera vez que nos pidieron 20 cajas no teníamos ni palés para armar… ¡Hicimos una foto al primer palé de 20 cajas que montamos! Y ahora los palés son de 120 cajas.

– ¿Cómo fueron aquellos inicios?

R: Para nosotros ha sido impresionante y gradual, porque los dos comenzamos haciéndolo todo: limpiar la máquina, coger las tortillas, envasar, distribuir, hablar con los clientes… en un sitio muy pequeño. Luego ya pasamos a otro sitio de 500 m2 que nos parecía un palacio y finalmente llegamos a la nave actual. En cualquiera de los casos, lo importante es contar con profesionales en todos los campos (comerciales, contables, operarios, almacén…) que sean responsables. Se necesita una estructura.

A: Al principio hacíamos una tirada de 3.000 tortillas y Ramón se quedaba limpiando la máquina y yo cogía la furgoneta y me iba a entregar pedidos. Nos llevaba más tiempo limpiar la máquina que fabricar las tortillas.

– ¿Creéis que haber empezado llevando a cabo todas las tareas de la empresa os ayuda a transmitir mejor la filosofía de Nagual al equipo?

A: Sabemos perfectamente lo que es estar cogiendo tortillas, envasando, etc. Hemos pasado por todas las funciones y eso nos ha llevado a una posición en la que somos jefes, pero a la vez somos un trabajador más. Formamos parte de un equipo sin el que no estaríamos aquí; por lo tanto, trabajamos para que todo funcione bien para todos. El crecimiento también ha sido sostenido gracias a la perseverancia, a la confianza en el producto y a trabajar mucho.

R: Ser pareja tampoco nos ha traído ningún problema; Àngels ha tenido su campo de actuación y yo el mío. Ella se encarga de administración y oficina, y yo de la producción. La desventaja de tener un negocio conjunto es que, muchas veces, al llegar a casa no desconectas. Hasta que un día, durante una comida, nuestra hija nos preguntó: “¿por qué siempre habláis de trabajo?”. Desde entonces, solo hablamos de trabajo… ¡si estamos solos! (Risas).

– ¿Cuándo y dónde surge el propósito de producir para Europa la auténtica tortilla mexicana 100% de maíz?

A: La idea la tuvimos en verano de 2002 porque, visitando a unos amigos en EEUU, comprobamos que allí los supermercados tenían muchas marcas y muchas variedades de tortillas de maíz. Era un artículo de consumo habitual, cuando aquí solo en El Corte Inglés encontrábamos una harina con la que poder elaborar nuestras tortillas. En ese viaje, nos dimos cuenta de que fabricar ese producto podía ser una buena idea de negocio. Posteriormente nos quedamos sin empleo a la vez, porque trabajábamos juntos en una pequeña empresa. Embarazada de cuatro meses como estaba yo, no iba a encontrar trabajo, así que inmediatamente nos planteamos montar una empresa para fabricar tortillas de maíz.

Luego entramos en una etapa de tomar decisiones: qué empresa montar, fuimos a ferias de franquicias, vimos diferentes ideas de negocio… Pero al final regresamos a la idea original. Y eso fue durante 2003: nuestra hija nació en abril y Nagual se constituyó en noviembre. Ese 2003, mi madre nos alquiló su parquin y lo embaldosamos, lo cual requiere un ingeniero, un arquitecto y un plan de obras. Presentamos un plan de empresa en Barcelona Activa. Yo iba con la sillita de mi hija a todas partes, porque mientras tanto Ramón encontró trabajo para sostener la economía familiar. El plan de empresa era viable, con lo que obtuvimos una prima por parte de un banco que avaló la puesta en marcha del negocio. Todo ello sin tener idea de lo que era la industria alimentaria: nos tocó formarnos, hablar con unos y otros, informarnos, solicitar todos los permisos necesarios…

– ¿Y no os tentó nunca la idea de tirar la toalla?

R: Cuando entras en la rueda, te das cuenta de la cantidad de trabajo que representa. Nosotros estuvimos cuatro años sin tener ingresos. Aun así, siempre tuvimos fe en el producto. Yo nunca pensé ni sentí que no iba a funcionar, sino todo lo contrario. Sí que es cierto que fue un proceso lento, porque en aquella época los restaurantes mexicanos no consumían tortillas de maíz, sino de trigo. Y a nosotros nos empezaron a comprar las tortillas no los restaurantes, sino los propios cocineros… pero para su casa. Porque eran mexicanos y querían consumir productos auténticos.

A: Hasta 2007 no tuvimos a ningún comercial. Hasta 2014 estuve yo sola en la oficina.

– En esos inicios, ¿teníais nociones de cómo elaborar las tortillas?

R: Yo sabía elaborarlas manualmente, pero no sabía manejar la máquina. Todo fue a base de prueba y error. Compramos la primera máquina a ciegas, por Internet, porque no teníamos dinero para viajar a México. Vino un técnico, la instaló, nos dio instrucciones sobre cómo funcionaba, etc. y a partir de ahí tocó hacer pruebas. Nosotros buscábamos que la tortilla fuera lo más auténtica posible y eso implica no llevar conservantes. Pero, por otro lado, si duran poco tiempo nadie te va a comprar… Tuvimos que acudir a expertos en tecnología alimentaria para asegurarnos una caducidad más larga.

Àngels: Los mismos proveedores también nos ayudaron, aunque ojalá hubiéramos sabido entonces lo que sabemos ahora. El que es pionero como nosotros, que en Cataluña seguimos siendo la única fábrica especializada en tortillas de maíz, tiene el inconveniente de ser el iniciador, pero la ventaja de que siempre va a estar un paso por delante.

– ¿Qué valor añadido pretendíais ofrecer tanto al consumidor como al restaurador con las tortillas?

A: Desde el principio quisimos hacer una tortilla a temperatura ambiente. Si no le pones nada, la tortilla de maíz en la nevera aguanta una semana. En América, que hay tanta rotación del producto, hay supermercados donde incluso tienen las máquinas para hacer tortillas in situ y, de la misma manera que tú vas a comprar el pan recién hecho, te llevas las tortillas también recién hechas. Volviendo al principio, nuestro objetivo siempre fue hacer una tortilla muy buena, de alta gama, de buena calidad y buenos ingredientes, pero con el máximo de vida útil y el mínimo de conservantes. Es algo que hemos conseguido investigando mucho y desarrollando un envase muy estable, con el absorbedor de humedad, y con muchas pruebas de I+D. Ahora disponemos de una tortilla que dura hasta seis meses y que puede estar a temperatura ambiente.

– ¿Hacia qué tendencias del mercado creéis que ha evolucionado Nagual en los últimos años?

R: Hace diez años nos pedían nachos y nosotros empezamos a venderlos. Ahora encuentras nachos en cualquier sitio. El interés por la comida mexicana ha ido a más. Cuando nosotros empezamos, solo había cuatro o cinco restaurantes mexicanos.

A: Ahora la comida mexicana se ha extendido y se ha normalizado, como sucede con la italiana.

R: Fuimos de los primeros en introducirse en el colectivo celiaco. Los alimentos sin gluten se afianzaron. Luego también pasó con la comida ecológica y la saludable.

A: Lo sostenible también es tendencia. Somos una empresa que ha instalado placas solares, el gas propano que usamos es biopropano… Además, la tortilla de maíz es un producto que permite reaprovechar alimentos.

– ¿Cómo aplicáis en el día a día de la empresa el concepto de darle la vuelta a la tortilla?

A: Lo aplicamos mucho porque es como nuestro ADN; se basa en intentar sacar siempre la parte positiva de cualquier situación, tomándonosla como una oportunidad de mejora continua. En una empresa nunca te puedes parar, porque el mercado nunca deja de moverse y hay que buscar la manera de darle una vuelta de tuerca a las cosas de forma proactiva.

Ramón, ¿qué aporta Àngels al liderazgo de la empresa?

R: Siempre he dicho que nunca podría haber puesto en marcha este negocio sin ella…. ¡ni en 100 años! Siempre me he sentido apoyado en las decisiones que tomo.

– Y Àngels, ¿tú qué destacarías de Ramón?

A: Sin él no hubiera hecho esto. Probablemente, hubiera puesto una papelería o algo así. Ramón tiene una gran capacidad de sacar lo mejor de cada uno, sobre todo dentro del equipo de producción. Sabe muy bien conseguir que haya un buen clima de trabajo y que a la vez esté enfocado a resultados. Es muy bueno organizando, gestionando y optimizando los recursos. También intentamos que el equipo se mantenga cohesionado.

R: En Nagual tenemos muy claro que, cuanto más contenta está la gente, mejor trabaja y nos enfocamos tanto en ello que apenas se produce absentismo.

A: Partimos de la idea de que somos un equipo y que para que esto funcione todos debemos estar implicados, porque lo que hace uno repercute en los demás. Y luego, la conciliación es fundamental. Para mí es una de las claves del éxito de la empresa. Nagual está abierta de seis de la mañana a seis de la tarde y dentro de esa franja horaria, la gente hace seis u ocho horas. Los que hacen ocho horas tienen 20 minutos para comer. También tenemos estudiantes que, por ejemplo, hacen de 13 a 17h o de 14 a 18h.

– ¿Qué es lo mejor de vuestro equipo?

R: El compromiso, la cohesión que hay entre ellos y las cualidades que tienen unos y otros, que a nosotros nos permite delegar responsabilidades.

¿Y qué responsabilidad adopta Nagual con el entorno en el que trabaja?

A: La misión de fondo de Nagual es aportar nuestro granito de arena a que el mundo sea un lugar mejor, siempre bajo la premisa de pensar globalmente y actuar localmente. Es obvio que no podemos cambiar el mundo, pero sí podemos crear una empresa que haga las cosas de la forma más sostenible posible. Siempre que podemos buscamos proveedores de proximidad y contratamos a personas próximas, porque no queremos que tengan que desplazarse dos horas hasta el trabajo. También usamos materias primas de la mayor calidad y hemos instalado placas fotovoltaicas para autoabastecernos al máximo energéticamente.

– ¿Cuál es vuestra receta favorita elaborada con tortillas Nagual?

A: El taco de revoltillo de espárragos trigueros. ¡Está buenísimo! Y además le pongo salsa de chipotle, que es picante. El maridaje lo encuentro ideal.

R: A mí me gusta como la he comido siempre, que es como se acostumbra a hacer en Honduras, como acompañamiento de otros platos. Enrollas la tortilla y la usas como cuchillo para apoyar el tenedor. Con la tortilla empujas la comida y luego le das un bocado, como en España hacemos con el pan. A partir de ahí, puede acompañar a los frijoles, a huevos fritos, a chorizo frito… ¡Todo muy sano! (Risas)

– ¿Qué retos de futuro os marcáis en el corto plazo?

A: Nagual está creciendo sin parar y nuestro mayor reto sería tener una mayor presencia en los lineales de los supermercados para ser más accesibles y que nuestras tortillas fueran un producto de consumo habitual. En Horeca ya tenemos muy buena presencia y en exportación también nos va muy bien.

R: Tenemos muy bien organizada y muy asentada la producción, con lo cual nuestras tortillas pueden llegar a donde uno quiera. Y todo gracias a una estructura cimentada en gente que aporta y que se atreve a innovar con nosotros.

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