Si nos sigues desde hace tiempo, a estas alturas ya sabrás que nuestras tortillas se elaboran con maíz, un cereal ampliamente consumido alrededor del mundo. Las tortillas de maíz, de hecho, son originarias del centro y sur de México, así como del resto de Centroamérica. Por eso son las que en Nagual elaboramos a diario desde hace casi 20 años: si queríamos reproducir la auténtica tortilla mexicana no podía ser de otra manera. Sin embargo, para conseguir unas tortillas suaves, maleables, resistentes y sobre todo más digeribles, el maíz debe pasar previamente por un proceso llamado nixtamalización. Se trata de un proceso que arranca cuando los granos de maíz se ponen a cocer en una solución alcalina, a base de agua y cal viva. Pero… ¿por qué no empezamos por el principio? ¿Conoces los secretos de este cereal tan popular? ¡Sigue leyendo y te revelaremos todo sobre la mazorca de maíz!
En México, el 29 de septiembre se celebra el Día Nacional del Maíz. Este cereal se considera una planta sagrada en el país azteca y, de hecho, el maíz es uno de los alimentos más arraigados. Raramente falta en la mesa cuando las familias se reúnen para comer o cenar. En este sentido, la mazorca de maíz, de donde se obtienen los granos con los que en Nagual elaboramos nuestras tortillas, es per se un producto muy venerado no solo en Centroamérica, sino también en Estados Unidos. El 4 de julio, día en el que se celebra la independencia del país, es uno de los alimentos más consumidos.
Como hemos dicho, es muy habitual que mexicanos y estadounidenses siempre incluyan en sus mesas unas cuantas mazorcas de maíz. Se trata de un alimento dulce, que cabe consumir el mismo día que se recolecta, pues conforme pasan las horas el azúcar se convierte en almidón y pierde su característico sabor dulce que tanto gusta a mayores y niños.
La mazorca de maíz es un alimento muy versátil a la hora de prepararse, puesto que puede consumirse cocida al vapor, hervida o tostada. Frita y asada a la parrilla también está espectacular. Una vez cocinada, se sazona con sal y se le unta un poco de mantequilla. Hay quienes incluso le añaden manteca y pimienta negra. El secreto en cualquier caso es consumirla cuando los granos todavía estén templados.
Si no controlas los distintos nombres que recibe en función del país en el que nos hallemos, no podrás decir que lo conoces todo sobre la mazorca de maíz. Y es que, mientras en Centroamérica, México y EEUU una mazorca de maíz se llama ‘elote’, que en nahualt significa ‘mazorca tierna’, en los países andinos, con Uruguay y Paraguay a la cabeza, se denomina ‘choclo’. Asimismo, en Colombia, Panamá, Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, recibe el mismo nombre que en nuestro país, mazorca, y en varias regiones de Colombia, ‘chócolo’.
Tampoco lo sabrás todo sobre la mazorca de maíz si no conoces algunas de las curiosidades del que es uno de los ingredientes básicos de la gastronomía mexicana. Las mazorcas de maíz se empezaron a cultivar en México entre 8.000 y 10.000 años atrás. Fue cultivado tanto por aztecas y mayas como por el imperio inca. Las tribus nómadas fueron las que lo acabaron llevando hasta EEUU, de la misma manera que Cristóbal Colón lo haría hasta Europa, a donde a finales del siglo XV llevó los primeros marlos, que es como se denominan los corazones de las mazorcas de maíz. Hoy en día, el maíz es el tercer cereal más cultivado en el mundo, por detrás del trigo y del arroz.
Otro detalle que te interesará saber sobre la mazorca de maíz es su gran facilidad para mutar, razón por la que la comunidad científica cifra en más de 300 las variedades que se conocen de este cereal. La variedad más grande del mundo, cultivada en la región mexicana de Nayarit, se llama Jala y puede llegar a medir hasta 60 centímetros. El país azteca, de hecho, es donde se cosechan una sesentena de las variedades de maíz originarias de Centroamérica.
No queremos finalizar este post sin descubrirte un último dato, que es que una mazorca puede contener hasta 1.000 granos de maíz.
Repasamos las salsas mexicanas que pueden condimentar cualquier taco para darle un carácter único y multiplicar el abanico de sabores que despliegan las tortillas de maíz
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